El tenista suizo Roger Federer ha tenido que sudar de lo lindo para imponerse (4-6, 6-7(3), 6-2, 7-6(6) y 6-1) al francés Julien Benneteau en tercera ronda del torneo de Wimbledon, tercer Grand Slam de la temporada, en un partido donde tuvo que remontar dos sets y en el que evidenció su hambre por retornar al número uno.
El número tres mundial, que saldrá del All England Club (como mínimo) en el segundo escalón del ránking ATP, ofreció su peor tenis en las dos primeras mangas, donde sucumbió a la fortaleza del galo, enorme desde el fondo de la pista y bestial en sus subidas a la red.
Benneteau ganó 6-4 y dejó claro que su primer triunfo parcial no fue casualidad. Federer, que seguía sin encontrarse, iba camino de acompañar a Nadal en la nómina de ilustres eliminados antes de tiempo. No fue así porque el de Basilea cambió de registro en el segundo set.
Aún así, Federer cedió en el tiebreak y oscureció la situación. Los primeros servicios de
Benneteau eran misiles y el partido afrontaba entonces su fase más turbia para el helvético. Pese al marcador, la historia tomaba un cariz distinto por el estado físico del francés.
El tenista de Bourg-en-Bresse, 29º favorito en la hierba londinense, acusó su estado físico y fue concediendo errores no forzados a Federer, que parecía tener claro que resolvería el choque en la quinta manga. La tercera fue para el suizo y la cuarta, con tiebreak incluido, permitió al francés quedarse (en dos ocasiones) a dos bolas de la victoria.
Pero no pudo ser. Roger Federer, maestro en superar estas situaciones, igualó el envite y fulminó a su rival en el quinto set. Benneteau incluso acabó llorando por sus dolores musculares. El de Basilea sigue en la brecha para recuperar el número uno y así poder batir el récord de 285 semanas al frente del ránking, todavía en manos del estadounidense Pete Sampras.
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